
La lengua es parte de la cultura. Además de servir para comunicarse, expresa una identidad cultural, es un modo de pensar y construir sentido. En la actualidad nuestra lengua, ha sufrido en los últimos tiempos una “invasión”, producto de la indudable influencia mediática y global que caracteriza esta época.
A nivel general cuatro son las dificultades más visibles sobre la situación del español:
· La inmersión en Internet y las nuevas tecnologías de la información;
· La necesidad de mantener una unidad sin perder la diversidad, que es lo que sucede en los países latinoamericanos, donde el español en cada país es diferente y tiene sus particularidades;
· La fricción y el intercambio con sobre todo el idioma inglés. Su convivencia y
· Por último el fenómeno mensajes de texto, que desvirtúa la forma de escribir.
La invasión de anglicismos, debido a la velocidad con la que aparecen nuevos términos en inglés que no contienen traducción al español, es permanente. Son incorporaciones que dependen de necesidades técnicas concretas, la falta de palabras específicas en español para nombrar, por ejemplo, cuestiones de informática.
La incorporación de anglicismos se da especialmente por parte de los jóvenes, que son más permeables a las modas que imponen los medios de comunicación, pero la tendencia particularmente en Argentina, es en la actualidad otra.
Desde que las insignias se llaman pins; las comidas frías “lunchs”, y los repartos de cine o entrevistas laborales “casting”, la manera de hablar es otra. Las cosas en otro idioma, “mejoran mucho y tienen mayor presencia”.
Desde que en esferas laborales los idiomas, como el inglés, son requisitos básicos, nadie está realmente capacitado si no pronuncia al menos un mínimo de cien palabras. Desde ese punto de vista, muchos argentinos “no tienen ningún inconveniente”. Porque mientras a nivel general en cualquier lugar se toma sólo del inglés las palabras que no se tiene, como términos de economía o de la informática, aquí se ha ido más allá, y se ha adaptado incluso las que no hacían falta. Lo cual dice “mucho” a nuestro favor.
Ya no tenemos centros comerciales, ahora son Shopping; no tenemos sentimientos, sino feelings, que es mucho más elegante, de la misma manera, sacamos tickets, compramos compacts, usamos kleenex, comemos sándwich, vamos al Pub, los representantes son managers y la entrega a domicilio delivery, que si llega con rapidez es Speedy, todo esto con la mayor naturalidad y sin darle apenas importancia.
En la televisión, uno de los medios de imposición de modas en el lenguaje, ya nadie hace entrevistas: ahora son interviews; se presentan magazines en lugar de programas de revista, y si el presentador dice mucho ok, moviéndose todo el tiempo, al Magazine se le llama show – que es distinto de espectáculo-; y si el show es con personas, se le denomina reality. Por su parte, en las tandas ya no se ponen anuncios, sino spots; y es el momento preciso para hacer zapping. Claro que estos son pequeños ejemplos cotidianos. En la actualidad esta convivencia primaria con el inglés no es sino un ejemplo más de la posibilidad de convivencia de idiomas. Anteriormente en estas tierras hubo una época donde con fluidez se hablaban varios idiomas pero muy principalmente el quechua, el aymara y el español. Sin embargo, y aunque la convivencia parecía ser suficiente, se suplantó la lengua originaria.
Consideraciones históricas acerca del lenguaje en el noroeste
El quechua fue instrumento de penetración cultural y de dominio político mucho antes de la llegada de los españoles a estas tierras sudamericanas.
Hacia mediados del siglo XII, en 1240, cuando los Incas iniciaron su expansión territorial, que conformaría el mayor imperio de América del Sur, se había encontrado es estas regiones habitantes originarios de costumbres y lenguas diferentes – diaguitas, lules, tonocotés, calchaquíes, sanavirones – a los que se sometió a su tributo. Con el imperio, los incas extendieron también su lengua, de modo que los pueblos sometidos necesitaron aprenderla para el tráfico periódico con sus dominadores. El avance del quechua fue gradualmente desplazando a las otras lenguas originarias; de las cuales, la más tardía en desaparecer fue el cacán.
Aun en convivencia con los españoles la expansión del quechua en el noroeste argentino, aunque lenta, avanzó segura y eficazmente, la lengua de los Incas se prescribe como única lengua general para la catequización de los originarios, y puede afirmarse que ésa era la lengua usada por todos, españoles y originarios, para sus relaciones mutuas. En cambio los avances del idioma peninsular en la comunidad nativa eran escasos o nulos (1).
Con el levantamiento de Tupac Amaru, se prohibió hablar otra lengua que no sea la de castilla. La represión fue feroz: a todo aquel que hablara o cantara en lengua aborigen se le cortaba la lengua (2).
Aun después de la caída del Imperio Inca, la presencia insoslayable del quechua se advierte en el Proceso Histórico de la Independencia y la Organización Nacional Argentina al redactarse el acta de la Independencia Nacional en texto trilingüe (español, quechua y aimará).
Aunque el quechua se extendió por casi toda Sudamérica, solo en Perú fue reconocido como idioma oficial. A pesar de que descendientes de originarios hablan en este idioma, su uso se restringe a algunas zonas del noroeste. Idiomas como el inglés son más difundidos en el uso corriente y cotidiano.
Palabras de uso frecuente en quechua: Anco, anchi, capia, chala, chalona, cholo, humita, locro, mote y zapallo.
Convivencia
Los idiomas no se degradan, cambian. Pero ¿a que se le pueden atribuir esos cambios? Y lo más importante: ¿Qué factor incide en la elección o selección de palabras en un idioma? ¿Se piensa en las raíces o en el futuro?.
Las lenguas se entrelazan en la convivencia, pero subrepticiamente en estos tiempos la “invasión” tiene otros matices, respaldado en la gran esfera económica, el idioma puede considerarse como un instrumento.
No se puede hablar sólo de una permeabilidad propia de las lenguas, la contrariedad abarca mucho más porque esta “permeabilidad” no se da con cualquier idioma sino aparentemente solo con el inglés.
Los cambios frente a un mundo tan apegado a la informática, a la economía de los mercados, no pueden ser considerados livianamente como modas o préstamos; no es preciso recalcar que la informática no es un campo del español y que aunque en su momento también hubo préstamos con los arabismos o los galicismos, la realidad actual preocupa más y es diferente.
No es un tema menor el adoptar palabras innecesarias, que en muchos casos hasta son y fueron pasajeras, la importancia es ser concientes de lo que implica la sustitución de un lenguaje que no está del todo constituido. La memoria habla de un pasado de sometimiento y de imposición, de pérdida. La historia, o una parte de ella, negaron recurrentemente este pasado originario, en la actualidad y prácticamente alejados de nuestros orígenes, poseemos otros rasgos característicos, no está mal tener una actitud abierta a las diferencias, pero la sustitución debe ser considerada.
Lo que está en juego es, ni más ni menos, que una lengua común que nos representa y nos da identidad frente al resto del mundo. Y si puede haber convivencia entre lenguas, promover un intercambio con nuestra lengua, la de nuestros originarios nos proporcionaría un elemento real de integración y de identidad.
Bibliografía
Ana María Fernandez Lavaque. Juana del Valle Rodas. “Consideraciones historico – culturales acerca del español del noroeste argentino”. (1)
Flora Guzmán “El lenguaje es memoria”. (2)
Ana María Fernández Lavaque y Patricia Salas “Un campo léxico en vigencia”.
Javier Medina Lope. “Lenguas en contacto”.
A nivel general cuatro son las dificultades más visibles sobre la situación del español:
· La inmersión en Internet y las nuevas tecnologías de la información;
· La necesidad de mantener una unidad sin perder la diversidad, que es lo que sucede en los países latinoamericanos, donde el español en cada país es diferente y tiene sus particularidades;
· La fricción y el intercambio con sobre todo el idioma inglés. Su convivencia y
· Por último el fenómeno mensajes de texto, que desvirtúa la forma de escribir.
La invasión de anglicismos, debido a la velocidad con la que aparecen nuevos términos en inglés que no contienen traducción al español, es permanente. Son incorporaciones que dependen de necesidades técnicas concretas, la falta de palabras específicas en español para nombrar, por ejemplo, cuestiones de informática.
La incorporación de anglicismos se da especialmente por parte de los jóvenes, que son más permeables a las modas que imponen los medios de comunicación, pero la tendencia particularmente en Argentina, es en la actualidad otra.
Desde que las insignias se llaman pins; las comidas frías “lunchs”, y los repartos de cine o entrevistas laborales “casting”, la manera de hablar es otra. Las cosas en otro idioma, “mejoran mucho y tienen mayor presencia”.
Desde que en esferas laborales los idiomas, como el inglés, son requisitos básicos, nadie está realmente capacitado si no pronuncia al menos un mínimo de cien palabras. Desde ese punto de vista, muchos argentinos “no tienen ningún inconveniente”. Porque mientras a nivel general en cualquier lugar se toma sólo del inglés las palabras que no se tiene, como términos de economía o de la informática, aquí se ha ido más allá, y se ha adaptado incluso las que no hacían falta. Lo cual dice “mucho” a nuestro favor.
Ya no tenemos centros comerciales, ahora son Shopping; no tenemos sentimientos, sino feelings, que es mucho más elegante, de la misma manera, sacamos tickets, compramos compacts, usamos kleenex, comemos sándwich, vamos al Pub, los representantes son managers y la entrega a domicilio delivery, que si llega con rapidez es Speedy, todo esto con la mayor naturalidad y sin darle apenas importancia.
En la televisión, uno de los medios de imposición de modas en el lenguaje, ya nadie hace entrevistas: ahora son interviews; se presentan magazines en lugar de programas de revista, y si el presentador dice mucho ok, moviéndose todo el tiempo, al Magazine se le llama show – que es distinto de espectáculo-; y si el show es con personas, se le denomina reality. Por su parte, en las tandas ya no se ponen anuncios, sino spots; y es el momento preciso para hacer zapping. Claro que estos son pequeños ejemplos cotidianos. En la actualidad esta convivencia primaria con el inglés no es sino un ejemplo más de la posibilidad de convivencia de idiomas. Anteriormente en estas tierras hubo una época donde con fluidez se hablaban varios idiomas pero muy principalmente el quechua, el aymara y el español. Sin embargo, y aunque la convivencia parecía ser suficiente, se suplantó la lengua originaria.
Consideraciones históricas acerca del lenguaje en el noroeste
El quechua fue instrumento de penetración cultural y de dominio político mucho antes de la llegada de los españoles a estas tierras sudamericanas.
Hacia mediados del siglo XII, en 1240, cuando los Incas iniciaron su expansión territorial, que conformaría el mayor imperio de América del Sur, se había encontrado es estas regiones habitantes originarios de costumbres y lenguas diferentes – diaguitas, lules, tonocotés, calchaquíes, sanavirones – a los que se sometió a su tributo. Con el imperio, los incas extendieron también su lengua, de modo que los pueblos sometidos necesitaron aprenderla para el tráfico periódico con sus dominadores. El avance del quechua fue gradualmente desplazando a las otras lenguas originarias; de las cuales, la más tardía en desaparecer fue el cacán.
Aun en convivencia con los españoles la expansión del quechua en el noroeste argentino, aunque lenta, avanzó segura y eficazmente, la lengua de los Incas se prescribe como única lengua general para la catequización de los originarios, y puede afirmarse que ésa era la lengua usada por todos, españoles y originarios, para sus relaciones mutuas. En cambio los avances del idioma peninsular en la comunidad nativa eran escasos o nulos (1).
Con el levantamiento de Tupac Amaru, se prohibió hablar otra lengua que no sea la de castilla. La represión fue feroz: a todo aquel que hablara o cantara en lengua aborigen se le cortaba la lengua (2).
Aun después de la caída del Imperio Inca, la presencia insoslayable del quechua se advierte en el Proceso Histórico de la Independencia y la Organización Nacional Argentina al redactarse el acta de la Independencia Nacional en texto trilingüe (español, quechua y aimará).
Aunque el quechua se extendió por casi toda Sudamérica, solo en Perú fue reconocido como idioma oficial. A pesar de que descendientes de originarios hablan en este idioma, su uso se restringe a algunas zonas del noroeste. Idiomas como el inglés son más difundidos en el uso corriente y cotidiano.
Palabras de uso frecuente en quechua: Anco, anchi, capia, chala, chalona, cholo, humita, locro, mote y zapallo.
Convivencia
Los idiomas no se degradan, cambian. Pero ¿a que se le pueden atribuir esos cambios? Y lo más importante: ¿Qué factor incide en la elección o selección de palabras en un idioma? ¿Se piensa en las raíces o en el futuro?.
Las lenguas se entrelazan en la convivencia, pero subrepticiamente en estos tiempos la “invasión” tiene otros matices, respaldado en la gran esfera económica, el idioma puede considerarse como un instrumento.
No se puede hablar sólo de una permeabilidad propia de las lenguas, la contrariedad abarca mucho más porque esta “permeabilidad” no se da con cualquier idioma sino aparentemente solo con el inglés.
Los cambios frente a un mundo tan apegado a la informática, a la economía de los mercados, no pueden ser considerados livianamente como modas o préstamos; no es preciso recalcar que la informática no es un campo del español y que aunque en su momento también hubo préstamos con los arabismos o los galicismos, la realidad actual preocupa más y es diferente.
No es un tema menor el adoptar palabras innecesarias, que en muchos casos hasta son y fueron pasajeras, la importancia es ser concientes de lo que implica la sustitución de un lenguaje que no está del todo constituido. La memoria habla de un pasado de sometimiento y de imposición, de pérdida. La historia, o una parte de ella, negaron recurrentemente este pasado originario, en la actualidad y prácticamente alejados de nuestros orígenes, poseemos otros rasgos característicos, no está mal tener una actitud abierta a las diferencias, pero la sustitución debe ser considerada.
Lo que está en juego es, ni más ni menos, que una lengua común que nos representa y nos da identidad frente al resto del mundo. Y si puede haber convivencia entre lenguas, promover un intercambio con nuestra lengua, la de nuestros originarios nos proporcionaría un elemento real de integración y de identidad.
Bibliografía
Ana María Fernandez Lavaque. Juana del Valle Rodas. “Consideraciones historico – culturales acerca del español del noroeste argentino”. (1)
Flora Guzmán “El lenguaje es memoria”. (2)
Ana María Fernández Lavaque y Patricia Salas “Un campo léxico en vigencia”.
Javier Medina Lope. “Lenguas en contacto”.