Cuando se habla de solidaridad, de altruismo, de participación, de compromiso se esta hablando de voluntariado. Son personas que, por elección propia, dedican una parte de su tiempo a la acción solidaria, sin recibir remuneración, por esto.
Las motivaciones o razones para ser un voluntario son diversas pero se enmarcan en un compromiso que se toma por iniciativa propia, libremente, de manera reflexiva y responsable con la finalidad de realizar un aporte humanitario en beneficio de otros, de una manera organizada y en contextos no siempre fáciles. A veces el voluntariado transita por lugares donde la exclusión social, el desastre, la enfermedad y la pobreza son cosa corriente. Encontrándose de cara al dolor, la soledad o la injusticia.
Para algunos el voluntariado es un recurso para combatir los desajustes o descuidos del estado, mientras que para otros es la expresión de que aún existen personas solidarias con un fuerte compromiso social. Gran parte del voluntariado se practica en el seno de organizaciones sociales generando conexiones razón por la que su colaboración y su trabajo no se centran en obtener beneficios personales sino beneficios para la sociedad
Se trata de un trabajo colectivo junto a otras personas, sumando fuerzas, aprendiendo a través del intercambio de experiencias, trabajando en equipos y compartiendo valores y emociones.
La persona voluntaria a través de la organización con la que colabora es un agente de sensibilización de que las cosas pueden ser de otro modo. El voluntario interioriza el dolor y la soledad del otro y conduce a vislumbrar un “juntos” en el que quepamos todos. Esta es la fuerza social del voluntariado: la de ser capaz de aglutinar voluntades para construir un proyecto colectivo, con presencia de diversidad y fomentando la creación de espacios comunes de encuentro.
Como agente de sensibilización el voluntariado traza redes, provoca encuentros, facilita relaciones, apuesta por la convivencia entre diferentes y defiende los derechos de todos, especialmente de los más vulnerables,
En definitiva el voluntariado configura todo un entramado global que busca hacer más habitable y humano el mundo. En este sentido la persona voluntaria es un miembro activo de la sociedad: como uno más se sensibiliza y trata de sensibilizar a otros promoviendo la cooperación antes que la rivalidad siendo capaz de articular proyectos
Todos podemos colaborar con solo tener la voluntad de construir horizontes mejores con menos sufrimiento, con más equidad y con más solidaridad.
“Crear es hacer que algo valioso que no existía, exista. Esa es la fuerza del voluntariado; un movimiento capaz de convertir una idea, un deseo, un proyecto en una realidad tangible.
La acción voluntaria requiere esfuerzo, participación activa, compromiso y entusiasmo. Sin compromiso no hay voluntariado.